INVESTIGACIÓN








Cuando era niño y veía a algún pariente exclamar a los cuatro vientos alguno de sus trabajos, no entendía por qué mostraban tanta satisfacción. Mis familiares repetían frases como estas:

  • “Acaban de recomendarme a tal Corte”.
  • “En mi negocio ganamos buena plata, es lo máximo”.
  • “Me pagan bien y tengo muchas horas libres, y vacaciones pagadas”.
  • “Como ganó mi candidato la alcaldía, ya tengo chamba fija cinco años: Todo mi esfuerzo ayudando en la campaña no fue por las puras. Bíctor, ojalá fueras más grande y te llevo conmigo a trabajar; casi no haces nada y te pagan bien”.
  • Etc.


Entendía muy bien eso de que estén alegres por el dinero que ganarían, debido a que mi familia nunca fue de tener mucha economía. Lo que no captaba era por qué los trabajos, per se, eran los que los ponía orgullosos, hasta soberbios. De niño creía que, de las distintas labores que la gente realizaba, la única verdaderamente valiosa era la que creaba, la que buscaba y exponía algo no realizado antes. Con el paso de los años, he moderado mi pensamiento un poco: hay algunas otras ocupaciones que también valen. Pero sigo creyendo que la más elevada es la que crea algo novedoso, o lo encuentra, o lo idea al menos.

El proceso para realizar estas novedades, según mis profesores de la universidad, se llama INVESTIGACIÓN.

Me enseñaron a investigar allí, aunque su forma de hacerlo resultó algo aburrida, no tanto por los profesores que la impartían cuanto por la necesidad de hacerlo metódicamente: llenándolas de pasos tras pasos, métodos, y definiciones que, dada la naturaleza didáctica que deben tener estos centros de instrucción, vienen a ser totalmente necesarias. Me llamó mucho la atención esto de “investigar”, aun y a pesar de las clases que recibí en la universidad y el instituto.

Regresando a mi pequeña y humilde tierra (Tacna, Perú), he querido encontrar un lugar en la Universidad de mi ciudad que se dedique a la investigación. Quería conocer qué proponía, qué labor realizaba, si yo podría unírmeles, aunque sé que todavía soy un sumo inexperto. Entonces, me dirigí a la misma universidad a preguntar sobre el tema. Nadie me dio razón. Ni los mismos encargados de mi Universidad Pública sabían a lo que me refería y por eso me pedían que me explique mejor. Salí decepcionado. No era cierto lo que me habían dicho: que la Universidad debería ser la sede de la Investigación.




Opté por buscar en la página web de la universidad. Tuve esperanza al inicio: hallé un sitio llamado OGIN (Oficina General de Investigación); pero la esperanza se esfumó al punto. Fuera del halagüeño nombre no hallé más: links desactualizados, pocas ideas, poco uso. He estado buen rato mirando la pantalla de la PC sin encontrar respuesta. *

Se me ocurre otra idea. Quién sabe. Solo intento alargar mi tenue esperanza. Voy a buscar a la Universidad Privada de mi ciudad. Peor. Ni siquiera hay enlace pequeño dirigido hacia la investigación. ** ¡Qué fiasco! Hubiera querido creer en que para algo sirven nuestros institutos superiores. Misión, Visión, Oficinas de investigación, todas inútiles, sin alma y llenos de letras huecas.



Escribo esto a modo de desahogo. Es incómodo. Aquí investigar solo sirve para otorgar esos cartones que llaman “título profesional”. La investigación reina en los últimos años de cualquier carrera profesional y técnica; pero no pasa de una materia de clases o de una palanca obligatoria para obtener alguna licenciatura. La utilizan. Cayó bajo. Será necesaria para sacar un título cualquiera y todo eso, pero no merece el nombre. Peor aun: eso que hacen no es investigación, es su penumbra. No por ella misma, sino por el descuido con que se va elaborando, la liviandad con que los asesores corrigen y el desgano con el que los jurados califican.



¡Hay que revalorizar la Investigación!



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*  Hoy día reviso más y encuentro otro sitio: Unidad Orgánica de Gestión de la Producción Científica – UGPC, completamente desactualizada, lamentablemente . Además de ello, la Universidad de Tacna cuenta con una maestría con mención en Investigación Científica, habría que inscribirse a ella para probar si es de fuste.

** Esto fue el año que regresé a mi ciudad, en 2011, al día de hoy, la Universidad Privada de Tacna ha superado con creces a la otra Universidad. Muestro a continuación algunos enlaces referidos al tema investigativo-científico (lo que no encontré en aquella época y me decepcionó tanto):

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